Profesores e investigadores
del ITESM, Campus Estado de México
Hoy día Internet
no sólo es la más grande red de computadoras en el mundo,
sino además un inteligente medio de comunicación.
Por medio de Internet, una
computadora puede conectarse a otras enlazadas en cualquier parte del mundo.
Conociendo las direcciones electrónicas de las computadoras con
las que deseamos comunicarnos, resulta relativamente sencillo intercambiar
mensajes y compartir información.
Por el interés
que actualmente le conceden los distintos medios de difusión masiva
a la llamada supercarretera de la información, podría
suponerse que es una tecnología completamente nueva. En realidad
no es así. La red de redes existe desde hace más de 25 años
y como muchas de las nuevas tecnologías en materia de comunicaciones,
se desprende de avanzados estudios desarrollados por los programas de defensa
del gobierno de Estados Unidos.
A mediados de la década
de 1960, temiendo que la guerra fría pudiese derivar en un ataque
nuclear, el Departamento de Defensa de la Unión Americana empezó
a buscar la manera de construir una sólida infraestructura de telecomunicaciones,
capaz de soportar la pérdida de alguna de sus partes sin afectar
a las demás. Ese proyecto fue conocido como ARPAnet debido a que
la institución a la que se encargó tal tarea precisamente
fue la Advanced Research Projects Agency (ARPA). Así, en 1970 se
lograron enlazar cuatro universidades de la Unión Americana: Stanford,
UCLA, UCSB y la Universidad de Utah.
El desarrollo de determinados
protocolos de comunicación permitió que todas las computadoras
vinculadas a la red se mantuvieran en el mismo nivel, para evitar que un
punto central administrara toda la información. El desarrollo de
esos protocolos, conocidos como TCP/IP (Transmission Control Protocolo/Internet
Protocol), impulsó definitivamente el crecimiento de Internet.
Los protocolos incorporaron
una avanzada técnica que permite transmitir la información
que viaja por partes a través de Internet. Cada mensaje se divide
en pequeños paquetes de datos, lo cual impide que una transmisión,
por grande que ésta sea, pueda acaparar la mayor parte de los servicios
de la red. De esa forma se garantizaría la comunicación entre
las instituciones enlazadas a la red, en el caso de que se presentase un
ataque nuclear o cualquier otro desastre.
Las posibilidades de intercambio
de información y de comunicación remota rápidamente
fueron advertidas por la comunidad científica. En 1972, un total
de 40 universidades ya formaban parte de la ARPAnet y las computadoras
de esas instituciones ya podían intercambiar mensajes y archivos.
Además, la avanzada tecnología permitía controlar
otras computadoras a distancia. La realidad parecía haber alcanzado
lo ayer anunciado por la ciencia ficción.
El manejo de redes de cómputo,
entonces, únicamente era posible en las principales instituciones
de educación superior y en centros de investigación que contaban
con avanzados equipos de cómputo. Años después, a
mediados de los setenta, la introducción de las minicomputadoras
y la creación del sistema UNIX propició el paulatino ingreso
de instituciones pequeñas y medianas a Internet.1 Así
empezaron a extenderse por todo el mundo nuevas y más amplias redes
de computadoras.
En 1979, la National Science
Foundation (NSF) auspició la creación de la Computer Science
Research Network (CSnet), red que promovió el intercambio de información
científica entre nuevos centros de educación superior e investigación
en la Unión Americana. Poco después surgió la idea
de enlazar las redes ARPAnet y CSnet, lo que representó un paso
definitivo en la formación de Internet.
Posteriormente surgieron
nuevas redes como Usenet, Bitnet y FidoNet, las cuales hicieron posible
que un mayor número de computadoras se conectaran a la gran red.
No obstante, el impulso definitivo corrió a cargo de la National
Science Foundation al incorporar una red de alta velocidad para supercomputadoras.
Dicha red conectaba a más de una docena de centros de supercómputo
de Estados Unidos y garantizó mayor rapidez en la transmisión
de información. Ningún gobierno u organismo privado dirige
Internet, aunque existen algunas instituciones que inciden relativamente
en su administración y desarrollo. Las dos organizaciones que más
influencia ejercen sobre ella son la NSF y la Internet Society.
Como administradora de la
columna vertebral de Internet, la NSF estableció políticas
de uso que debe acatar todo aquel que acceda a la red.
La Internet Society (IS),
que funciona como un importante consejero, dicta algunas reglas sobre el
funcionamiento de la red, pero dista mucho de gobernarla.
En 1990, al eliminarse la
obligación de tener el permiso de los respectivos gobiernos para
tener acceso a la red, dio comienzo un periodo de extraordinaria expansión
gracias al inicio de las primeras actividades comerciales en Internet.
De las 159 mil computadoras conectadas en 1990, la cifra se incrementó
a más de 25 millones al iniciar 1997.
Una de las causas que definitivamente
contribuyó al formidable crecimiento de Internet durante esos años,
fue la simplificación que registraron las herramientas de conexión
a la red. Cuando iniciaba el proyecto ARPAnet, los primeros centros dedicados
a la planeación y desarrollo de redes se establecieron en instituciones
dedicadas al estudio de las ciencias de la computación. Por ello,
sólo un selecto grupo de especialistas dominaba los programas necesarios
para tener acceso a Internet.
A medida que la red se fue
extendiendo, comenzaron a integrarse al reducido grupo de expertos, algunos
usuarios con escasos conocimientos en materia de computación. Por
tal motivo fue necesario diseñar nuevas y más sencillas herramientas
de comunicación para Internet. Unas de las más relevantes
contribuciones procedió de la Universidad de Minnesota, la cual
en 1991 logró generar un programa que permite revisar directorios
y obtener archivos mediante un sencillo sistema de menús.2
Rápidamente el uso
del Gopher se extendió en todo el mundo y diversas instituciones
comenzaron a ofrecer variados servicios de información, hasta formarse
así una red mundial apoyada en Internet.
Actualmente la herramienta
más importante de Internet es la World Wide Web (WWW). Tal
herramienta fue desarrollada por Tim Berners Lee en el Laboratorio Europeo
de Física de Partículas, en Suiza, en 1989, y en 1991 el
referido laboratorio anunció la WWW al mundo. Su enorme popularidad
se debe a que permite el acceso a los distintos recursos de la red con
un sólo programa. La WWW resulta sumamente intuitiva y sencilla
de usar, además de amena y llena de posibilidades. En enero de 1993
existían 50 servidores de WWW en el mundo. Meses después,
el uso de la nueva herramienta de Internet había propiciado un incremento
del 41 mil por ciento en el número de servidores. Actualmente el
número estimado de usuarios de la red asciende a casi 100 millones.
Internet: el medio inteligente
J.C.R. Licklider estableció
cuatro re-quisitos para evaluar si efectivamente las computadoras realizan
una significativa contribución al desarrollo de la comunicación
humana. Estas condiciones son:
1) Que la acción
comunicativa en la que intervienen, se defina y exprese como un proceso
de creación interactiva.
2) Que los tiempos de respuesta
sean cortos, para permitir una conversación libre y fluida
entre los actores participantes.
3) Que la red global se encuentre
formada por redes regionales indepen-dientes más pequeñas.
4) Que se formen comunidades
virtuales a partir de la afinidad personal y los intereses comunes de los
usuarios de las redes.3
Internet cumple con cada una
de las condiciones establecidas por Licklider y en consecuencia admite
ser calificado como un medio de comunicación inteligente.
Al reflexionar sobre las
útiles funciones de la supercarretera de la información,
parece necesario proceder con cautela, ya que con relativa facilidad podrían
exagerarse sus cualidades. No es la primera ocasión que el advenimiento
de un medio genera tan alentadoras expectativas entre la comunidad científica.
En épocas anteriores se consideró que el telégrafo
sería capaz de eliminar las guerras y que la televisión traería
consigo la democracia de los pueblos tras elevar los niveles educativos
del gran auditorio.
A pesar de sus evidentes
cualidades, el uso de Internet puede apartarse del sendero de la comunicación
eminentemente propositiva; podría introducir favorables modificaciones
en nuestros patrones de información, y sus características
únicas -como la total interactividad y su formidable capacidad de
transmisión- permiten que cualquier usuario asuma la condición
de emisor masivo. No es descabellado afirmar que por medio de la red de
redes, finalmente podría hacerse realidad el sueño de una
auténtica aldea global.
El investigador nipón
Tetsuro Tomita4 afirma que Internet llena un importante vacío
que no cubren de manera satisfactoria los medios de comunicación
convencionales. El hueco que dejan tales medios se presenta en audiencias
que comprenden entre 10 y 10 mil personas.
Ese rango, a pesar de sus
dimensiones, no resulta suficientemente atractivo para los medios de difusión
masiva y se encuentra en proceso de ser cubierto por Internet y por otras
formas de Comunicación Mediada por Computadoras (CMC). Nuestra primera
tabla muestra la forma como los distintos medios de comunicación
alcanzan sus respectivas audiencias.
La distintas herramientas
de Internet favorecen procesos de comunicación e intercambio de
información en audiencias cuyas dimensiones podrían considerarse
como medianas, permitiendo que los usuarios desarrollen un estrecho contacto.
De esa manera, al compartir determinados pasatiempos o mostrar interés
común en ciertas áreas, Internet puede llenar el importante
espacio abandonado por los medios de comunicación convencionales.
Además introduce nuevas pautas de convivencia e integración
social al desplazar a un segundo término algunas de las difíciles
fronteras psicológicas, raciales, sexuales y económicas.
Los usuarios pueden relacionarse en activos grupos de discusión
e intercambiar información sobre sus temas de interés, sin
considerar la situación social, educativa o geográfica de
las personas con las que han establecido contacto.
Otro aporte relevante de
Internet se desprende de su formidable capacidad para estimular el desarrollo
de instancias autónomas de información. Cualquier persona
puede expresar sus puntos de vista sobre algún asunto en particular
e incluso orientar su actividad en la red a la tarea de diseminar sus ideas
entre otros usuarios, y evitar así la agobiante mediación
de instituciones que pudieran mostrarse dispuestas a censurarle en cualquier
otro medio de comunicación.
A diferencia de los medios
convencionales, el cibernauta se convierte en un auténtico
emisor. Tal situación lógicamente podría disminuir
el poder y la credibilidad de que hoy gozan algunos medios de difusión,
los cuales han logrado mantener un efectivo control sobre la producción
del conocimiento y la circulación misma de la información.
En los momentos actuales
resulta necesario preguntarse si Internet podría introducir positivos
cambios en los rígidos modelos informativos de nuestras sociedades.
Pero antes resulta indispensable explorar los recursos de comunicación
con que cuenta Internet.
En las CMC, el texto escrito
transmite los mensajes y los códigos. Además, las formas
de comunicación utilizadas para dar a conocer el texto son prácticamente
nuevas y, por tanto, poco estudiadas. De la combinación de estas
dos circunstancias se pueden extraer dos características básicas
de las CMC.
1) Falta información
sobre el contexto social en el que se llevan a cabo los nuevos procesos
comunicativos mediados por computadoras. Existen pocos indicadores respecto
al estatus social de los usuarios. Además, en muchas aplicaciones
es posible permanecer en el anonimato.
2) Todavía
no hemos logrado establecer las normas que favorezcan un apropiado uso
de los nuevos medios electrónicos de información. Nuestra
segunda tabla, elaborada por Felipe Bourlon, estudiante del Tecnológico
de Monterrey, Campus Estado de México, nos muestra algunos de los
usos actuales de las principales herramientas de Internet.
Nuestras escuetas referencias
sobre las prácticas comunicativas que pueden desarrollarse a través
de las distintas herramientas de Internet, nos permiten afirmar que la
llamada gran red de redes se encuentra plenamente facultada para erigirse
como la perfecta síntesis de los medios de difusión masiva
convencionales, e incluso nos permite proponer la hipótesis de que
paulatinamente Internet asumirá y desempeñará, de
forma integral, un considerable número de las funciones comunicativas
que en la actualidad realizan de manera fragmentaria muchos de los medios
de difusión convencionales.
Es importante destacar que
existen obvias limitaciones en las CMC cuando las comparamos con la comunicación
interpersonal. En esta última, el lenguaje corporal, el tono, la
mirada y muchos otros indicadores de la comunicación no verbal transmiten
valiosa información sobre la circunstancia concreta.
Algunos críticos de
la CMC aseguran que las personas que utilizan esas tecnologías de
información tienden a ser sumamente individualistas, o bien, desadaptados
sociales que encuentran más sencillo convivir con un monitor que
con otras personas. Las tecnologías de CMC nos instalan en nuevos
universos virtuales y éstos -afirma la escritora Camille Paglia-
"nos alejan de la realidad".5
A medida que Internet ha ido
creciendo, un mayor número de personas -que podrían ser designadas
como normales- se han integrado a la red. La posibilidad de realizar
negocios, buscar información en las regiones más apartadas
del planeta o tener acceso a novedosas formas de entretenimiento, son razones
suficientemente poderosas para explicarnos por qué el ciudadano
común integra el uso de Internet a sus actividades cotidianas. Incluso
podría afirmarse que, para el mejor desempeño profesional,
tener acceso a Internet se ha convertido en una especie de requisito.
Los académicos e investigadores
forman parte de uno de los sectores más dinámicos de Internet.
Hoy día, en cualquier área o disciplina del conocimiento
humano, investigadores de todo el mundo dan a conocer los resultados de
sus estudios a través de la red, o consultan los trabajos realizados
por otros colegas.
A través de Internet,
cualquier investigador puede consultar las bases de datos concentradas
en los servidores electrónicos de las bibliotecas de las más
reconocidas universidades del mundo. Asimismo, el cibernauta fácilmente
puede remitirse a la información que proporcionan algunas agencias
gubernamentales, librerías electrónicas y centros de investigación.
Ese tipo de consultas electrónicas representan un considerable ahorro
de tiempo y recursos para el investigador. La información que hace
algunos años resultaba inaccesible, hoy día se consigue en
cuestión de segundos.
La mayor parte de los principales
grupos corporativos mundiales ya considera a Internet como un efectivo
medio publicitario. Al respecto, cabe mencionar que durante 1995, las dos
terceras partes de las 500 empresas más importantes del mundo, según
la revista Fortune, ya empleaban Internet en sus comunicaciones
ordinarias. Algunos de los principales directivos de esas empresas afirmaban
que los corporativos que no consigan aprovechar las grandes ventajas de
la red, en un futuro no muy lejano podrían enfrentar agudos problemas.
Internet es el medio idóneo para proyectar una positiva imagen corporativa
en el mundo. A través de ella pueden desarrollarse amplios programas
de relaciones públicas electrónicas, pero no debe convertirse
en una panacea. Si la institución que se ha integrado a Internet
carece de una estrategia rectora de sus acciones comunicativas, su presencia
en tal red lógicamente carecerá de sentido.6
Internet también permite
desarrollar efectivas campañas de publicidad mundial a precios sumamente
económicos. Ningún otro medio de comunicación permitiría
difundir mensajes comerciales de una empresa a un costo tan bajo para una
audiencia de casi 100 millones de personas en más de 180 naciones.
Además de su empleo
en ambiciosas acciones de publicidad corporativa, también es posible
usar Internet para mejorar las comunicaciones internas y externas de una
organización. Su aprovechamiento posibilita ampliar los canales
de distribución; desarrollar programas de planeación estratégica;
desarrollar formas de colaboración con otras compañías
en determinados proyectos; mejorar el desarrollo de productos; simplificar
y agilizar la obtención y uso de información; acceder a formas
más avanzadas e imaginativas de mercadotecnia y ventas, etcétera.
Para que una empresa obtenga
las mejores ventajas de Internet, es necesario que adopte una actitud innovadora
en la solución de sus problemas de servicio, ventas y mercadotecnia.
Esa actitud precisamente deberá sustentarse en la creación
de valores orientados hacia el desarrollo de una productiva cultura de
intercambio de información.
Tal postura supone que la
empresa no limitará el uso de Internet a sus clientes, sino que
compartirá con los empleados información útil, detallada,
actualizada y constante. Dicha información deberá presentarse
de acuerdo con las principales características de Internet, es decir:
interacción y profundidad.
Las ventajas que una empresa
puede obtener de Internet van más allá del positivo desarrollo
de su imagen corporativa. En Internet, el empresario puede encontrar amplia
información sobre nuevos proveedores, reglamentos, condiciones de
acceso a nuevos mercados, y tendencias que los regulan.
Como ya hemos referido, el
número de usuarios aumenta día a día por la constante
simplificación de las herramientas para tener acceso a la información.
En un futuro cercano se dispondrá
de herramientas mucho más sencillas y amigables que abrirán
nuevos senderos a Internet. Los nuevos mercados virtuales modificarán
los hábitos de consumo y estilos de vida de millones de seres humanos.
La red de redes intensificará la creciente globalización
de la economía mundial. Las prácticas proteccionistas y las
restricciones que actualmente aplican algunas naciones para limitar el
libre desarrollo de las actividades comerciales, poco a poco serán
desechadas. Internet incluso forzará la apertura comercial de muchas
economías.
En un futuro inmediato, se
incrementará el número de trabajadores que diariamente realizarán
sus labores -en computadoras- desde la comodidad de su casa. La consecuente
descentralización de las fuentes de trabajo, propiciará drásticas
modificaciones en los antiguos centros de decisión y poder.
Durante el próximo
milenio seguramente se consumará la transición hacia las
sociedades de la comunicación y la calidad informativa de las acciones
será el nuevo fundamento de las relaciones humanas.
1) UNIX es considerado por los
expertos como el sistema operativo natural de Internet.
2) El menú es una
lista jerárquica de opciones que permite realizar alguna selección
de información mediante el teclado o el mouse, misma que
puede remitirnos a otra lista de opciones, sin tener un límite preciso
de niveles.
3) Las comunidades virtuales
son grupos de personas distribuidas en todo el planeta, las cuales comparten
determinadas preferencias culturales e informativas y se relacionan entre
sí a través de distintas redes electrónicas.
4) Tomita, Tetsuro: "The
New Electronic Media and Their Place in the Information Market of the Future",
en Newspapers and Democracy: International Essays on a Changing Medium,
A. Smith, Editor. Cambridge, MA: MIT Press, 1980.
5) Netguide, marzo,
1995.
6) Véase Eugene Marlow:
Electronic
Public Relations, Waldsworth Publishing Company, USA, 1996. |