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Comentario
a la propuesta metodol�gica
Comentario
del Doctor Ernesto Villanueva al informe del �Recuento de da�os.
Un� acercamiento al estado de las libertades de expresi�n
e informaci�n en M�xico durante 1997�, publicado
en agosto de 1998 por la Fundaci�n Manuel Buend�a,
con el apoyo de CENCOS. Tal recuento se puede consultar en este
mismo apartado de documentos.
El
recuento de da�os que nos ocupa tiene varias lecturas.
Por supuesto, ofrece aspectos positivos, aunque expresa tambi�n
algunos retos para el futuro. Quiero referirme a ambos casos,
as� sea en sus aspectos m�s generales.
1.
En principio quiero destacar que el estudio elaborado por Omar
Ra�l Mart�nez y Ver�nica Trinidad Mart�nez
es exhaustivo, precisa con claridad las diversas categor�as
de an�lisis que permiten diferenciar las formas de acoso
particular a los periodistas de los hechos violentos que afectan
a la sociedad en su conjunto. M�s a�n, se trata
de un estudio muy completo. Esta apreciaci�n la corrobor�
al buscar estudios similares en otros pa�ses que permitieran
ofrecer un an�lisis comparativo e identificar con precisi�n
donde estamos en el contexto internacional en materia de acoso
period�stico. Y digo que corrobor� que se trata
de un texto completo, pues las referencias que existen �al menos
las que yo encontr� en los estudios formulados por el Comit�
de Protecci�n de Periodistas de Nueva York, Reporteros
sin Fronteras, Freedom Forum, entre otras� son gen�ricas
y no profundizan como este estudio, ni menos a�n aportan
un an�lisis sistem�tico como el que aqu�
se contiene.
2.
La sola publicaci�n de este recuento en forma sistematizada
exhibe, de entrada, que hay un problema de eficacia en el r�gimen
legal de nuestro pa�s. De acuerdo a las cifras que arroja
el estudio que nos ocupa, se puede advertir que el proceso de
reforma democr�tica nacional corre al paralelo de las funciones
de los medios como veh�culos de transmisi�n de conciencia
y de elementos informativos, para la toma de posturas de la propia
sociedad. Es decir, la apertura de los medios no s�lo como
espejo del cambio de la sociedad, sino, en algunos acasos, como
vanguardia en la formaci�n de la opini�n p�blica
genera resistencias, simple y sencillamente porque afecta las
pautas que permite la reproducci�n del conocido sistema
pol�tico mexicano. El resultado son precisamente estas
f�rmulas, cubiertas o descubiertas de acoso period�stico,
que manifiestan, por otro lado, que hay un proceso de cambio en
la prensa mexicana, o por lo menos en sectores crecientes de ella.
3.
El recuento pone de manifiesto tambi�n que el sistema legal
de M�xico no ha reconocido a�n a la prensa como
una profesi�n sustantiva en la formaci�n de una
sociedad democr�tica. En el �mbito constitucional
tenemos en los art�culos 6� y 7� de la Constituci�n
garant�as decimon�nicas de protecci�n de
las libertades informativas, con un deber esencial de abstenci�n
de los poderes p�blicos. Pero no existe en la estructura
legal mayor reconocimiento al trabajo period�stico. Existen,
por supuesto, en Am�rica Latina diversos pa�ses
que han avanzado en forma notable en este terreno. A v�a
de ejemplo, pueden citarse tan s�lo las constituciones
de Colombia, Guatemala y Paraguay, en donde adem�s de las
garant�as de libertad de expresi�n e informaci�n,
el trabajo period�stico est� dotado de apoyos legales
que permiten cumplir con el primer derecho b�sico del trabajo
informativo: la posibilidad de ejercer el periodismo.
4.
El recuento permite reiterar lo atrasado y obsoleto del sistema
legal de los medios en M�xico. Seg�n este recuento,
uno de los factores de acoso reside en el bloqueo publicitario
y en la cancelaci�n de espacios medi�ticos. Esto
s�lo sucede en donde no hay democracia. La discrecionalidad
de la ley genera vac�os y sombras que alimentan la sabia
de la corrupci�n. El uso patrimonial de los recursos p�blicos
en la asignaci�n de publicidad oficial para satisfacer
intereses de grupo es una desmesura del caso mexicano. Lo mismo
puede decirse de la singular liberalidad prevista en la Ley Federal
de Radio y Televisi�n para renovar y revocar concesiones
de radio y televisi�n. Aqu� se encuentra, en �ltima
instancia, el fundamento legal de una iniciativa ileg�tima
para cancelar programas, vetar periodistas o incidir opiniones.
5.
Si bien es cierto que el recuento es aportativo, creo que valdr�a
la pena para futuras ediciones integrar un apartado dedicado a
la eficacia de resoluci�n judicial, en los casos que as�
proceda; es decir, medir la impunidad judicial o, dicho al contrario,
la capacidad de respuesta del sistema de procuraci�n y
de aplicaci�n de justicia frente a las denuncias de hechos
recibidas en este campo.
Existen varias conclusiones. Yo quisiera
terminar �nicamente con dos.
1.
Debe procurarse un cambio en el apartado jur�dico del pa�s
que permita dar una mayor y mejor protecci�n al trabajo
period�stico, tanto en el marco constitucional como a nivel
de legislaci�n secundaria. El derecho comparado puede ser
una fuente para abreviar lo mejor de la experiencia internacional
ajustada al caso mexicano.
2.
S�lo la unidad y la organizaci�n de los informadores
permitir� defender la integridad del gremio y dar respuesta
concreta frente a los m�ltiples retos que depara este proceso
de transici�n. De no ser as�, los acosos, las presiones
y, peor a�n, los fen�menos de impunidad habr�n
de seguir su camino en perjuicio de todos. El camino de la unidad
se ha perdido. Habr� que encontrarlo.�